"Ave, María, madre de Dios,
Ruega por nosotros pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén."
Al caer la noche en mi pueblo es muy común oír rezar el rosario. Hay muchos que rezan. Otros oran. ¿Cuál debemos hacer, orar o rezar?
Rezar es "recitar las oraciones usadas por la iglesia". Para recitar estas oraciones, mucha gente devota emplea el rosario. Esta sarta de cuentas la usan para contar las diferentes recitaciones. O la palabra rosario también puede referirse a la recitación misma.
El rosario más común consta de quince misterios: cinco gozosos, cinco dolorosos, y cinco gloriosos. Los cinco misterios gozosos son de cinco etapas de la venida y la niñez de Jesús; los cinco dolorosos, de su sufrimiento y de la crucifixión; los cinco gloriosos son de la resurrección de Jesús, la ascensión, la venida del Espíritu Santo, y la Virgen María. Después de cada misterio se reza un padrenuestro, un gloria patri (gloria al padre), y diez avemarías.
La iglesia católica recomienda que se recen cinco misterios cada día. Así el padrenuestro se reza cinco veces cada día, el gloria patri cinco veces, y el avemaría cincuenta veces.
¿Pero lo oye Dios?
Según la tradición de la iglesia católica, Santo Domingo de Guzmán introdujo el rosario al uso común como 1.200 años después de Cristo. Se cuenta que la Virgen María le apareció con un rosario en la mano. Ella le dijo: "Toma; con esta arma en la mano, tú y cuantos otros la empuñaren, estad seguros de la victoria sobre mis enemigos y los de la iglesia." Santo Domingo estaba luchando contra los movimientos valdenses y albigenses. La iglesia católica consideraba herejes a estos movimientos. A estos se refería al decir los "enemigos de la iglesia".
Pero el sistema de rezar oraciones repetidas con una sarta de cuentas es de origen mucho más antiguo. Aun antes de Cristo el budismo usó este tipo de devociones. Los budistas todavía lo usan para repetir oraciones memorizadas, como también lo hacen los musulmanes y los hindúes.
¿Pero los oye Dios?
Dios sí nos oye cuando oramos.
Orar es hablar con Dios. Es gozar comunión con Dios. Es acercarnos a su trono. Allí le hablamos con palabras sencillas que nacen del corazón de uno mismo. Lo adoramos. Le hacemos nuestras peticiones.
El que tiene su corazón limpio de pecado por la sangre de Jesús y está entregado a la voluntad de Dios, tiene el privilegio de orar. El que no cumple estas condiciones, puede confesar su pecado a Dios. Si está arrepentido en verdad, Dios le oirá la oración y le limpiará el corazón. La Biblia dice en Hebreos 4.16:
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro."
La Biblia habla mucho de orar. Pero la palabra rezar ni siquiera se halla en la Biblia.
En Mateo 6.7-8 Jesús nos dice cómo debemos orar:
"Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis."
Recuerda que el sistema de rezar oraciones repetidas tiene origen pagano. Nota que Cristo dijo que los gentiles (paganos) pensaban que por sus repeticiones serían oídos. Ellos creían que había que insistir y rogarle a Dios para que los oyera. Pero Jesús no sólo dice que tales repeticiones no valen nada; también las prohibe.
Si tenemos el corazón limpio de pecado, él nos oye la primera vez que le hacemos una petición. Pero si tenemos pecado en el corazón, no importa cuántas veces repitamos nuestra petición, no nos escuchará:
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado (Salmo 66.18).
Piensa en el padrenuestro en Mateo 6.9-13, la oración modela dada por el Señor. Nota su sencillez; no usa ninguna repetición. Reconoce que todos necesitamos el perdón de Dios.
Bíblicamente hay otra dificultad grave con el rosario. La oración es una forma de adoración. Dios merece devoción y adoración. Pero la devoción del rosario se dirige a María, y la Biblia prohibe terminantemente la adoración a otro ser que no sea Dios:
"Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás" (Mateo 4.10).
No debemos adorar a ningún ser sino sólo a Dios. No debemos orar a otro sino a él. No debemos inclinarnos ante otro. No hay ni siquiera un ejemplo en la Biblia de una persona que orara a María o que la adorara. Sin embargo, el que reza dirige su culto y sus peticiones a María.
¿Aceptará Dios la petición de uno que lo desobedece de esa forma?
Jesús nos dice claramente que nuestra única manera de llegar a Dios es por él:
"Yo soy el camino, la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14.6).
Efesios 3.12 dice que tenemos acceso a Dios por medio de la fe en Cristo. La Biblia en ningún lugar menciona a María como medio para llegar a Dios.
Mis amigos católicos me dicen: "Nosotros estamos de acuerdo con la obra mediadora de Cristo, pero necesitamos la mediación de María entre nosotros y Cristo."
Yo no puedo hacer mejor que responder con la misma palabra de Dios:
"Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2.5).
Veamos este ejemplo para entenderlo mejor:
Del agricultor a la mesa del público, ¿cuántos intermediarios hay? Dos, ¿verdad? Los dos intermediarios son el comerciante y el vendedor del mercado.
Ahora, ¿cuántos mediadores hay entre el rezador y Dios? Dos, ¿verdad? Pero la Biblia nos dice muy claramente que hay un solo mediador entre Dios y los hombres. Y éste es Cristo.
El concepto de tener que usar a María como intercesora da a entender que Jesús es tacaño y que cuesta que nos atienda, y que María por ser su madre tiene más aceptación delante de él que nosotros. Pero esa idea, mi amigo, es un mal concepto de Jesús. Él dio su vida por nosotros. ¿Cómo, pues, vamos a creer que él no nos atiende cuando oramos?
Si Jesús derramó su sangre para darnos entrada a la presencia de Dios, ¿no lo despreciamos si concluimos que necesitamos de otro medio?
Si podemos orar, ¿para qué rezar?
-Marcos Yoder
1. Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado
2. Enciclopedia Barsa, tomo 13. página 183
3. World Book Encyclopedia, tomo 16, página 437
La Publicadora Lámpara y Luz te ofrece gratis varios estudios biblicos por correspondencia. Para inscibirte, favor de ponerte en contacto con la publicadora.
Publicadora Lámpara y Luz
26 Road 5577
Farmington, NM 87401, EE.UU.
Tel.: 505-632-3521